Esta
cercanía territorial y de pueblos, ha dejado en Zuata una marcada
influencia del modo de vida guariqueño. La cría de ganado, las queseras,
la agricultura, son trabajos que se desempeñan en uno y otro lugar con
la misma intensidad y sin diferencia alguna. Es una misma faena, que por
supuesto está acompañada del canto, del lamento con que el llanero
acostumbra a vivir en sus soledades.
No
podía ser ajeno a esta idiosincrasia José Gregorio Fajardo. Pues nació
en Santa María de Ipire, y con unos dos años de nacido, se lo trajeron
sus padres a Zuata, donde fue su crianza y afirmamiento como hombre. En
este pueblo del municipio José Gregorio Monagas, comenzó a arrimarse al
pie del arpa que en las parrandas ejecutaban esos arpistas venidos de la
costa de Orinoco a tocar el día de la ternera o de la patrona Santa
Rosalía.
Fogueo en la capital
Todavía
no cumplía la mayoría de edad, cuando se dirigió a Caracas, con el
propósito de buscar oportunidades para seguir desarrollando su carrera
artística como cantante. Así comienza a amolar su talento en diferentes centros nocturnos y licorerías que presentaban espectáculos de música criolla.
En
la capital de la República encontró varios aliados, como los cantantes
José Brito, Efrén Clavo, su hermano José Fajardo y el arpista apureño
Nerys Torrealba, ya fallecido, quien le dio un impulso incondicional al
este nuevo talento.
De
la mano de Torrealba, siendo muy joven grabó sus dos primeros discos:
“Yo defiendo lo mío”, dándose a conocer con el tema “La peladera” de la
autoría de Julio Girón. El segundo trabajo producido junto a Nerys
Torrealba fue “Costumbres de suelo patrio”, del que sonó el joropo “El
caballo balacera” con letra de Asdrúbal Rengel” y música del folklore,
con el que ganó el premio Revelación de la música llanera.
Después
de este fogueo en Caracas y ciudades importantes del país, como
Maracay, Valencia y Barquisimeto, José Gregorio Fajardo, toma una pausa y
retorna al estado Anzoátegui, radicándose en San José de Guanipa, con
el fin de mantener los vínculos con la identidad local que lo vio
crecer. Allí comienza a compartir el escenario artístico con el trabajo
en la industria petrolera.
De la peladera a la brujería
En
medio de estos afanes, participa en la grabación del “Disco de Oro de
El Tigre para Venezuela” junto a otros artistas de la Mesa de Guanipa,
en la que interpreta una pieza del maestro Rafael Lugo, precisamente
dedicado a las bellezas de Guanipa. La canción tuvo una inesperada
aceptación, y el productor discográfico Luis Quinto, le propuso realizar
una nueva grabación que se tituló “Por culpa de la brujería”, realizado
con el acompañamiento musical de Pablo Sánchez (arpa), Ramón Mota
(cuatro) Jhonny “lapito” Zamora (maracas) y Adelmar Paz y José Ángel
Zamora (bajo). “Por culpa de la brujería” de José Canelón y música del
“indio” Figueredo y “La clasificada” de Edgar Silva, le permiten un
rencuentro con los seguidores de su trayectoria artística en el ámbito
nacional.
Después
de algunos años, entró a los estudios de grabación de Llano Record, en
Tocuyito, Carabobo, para salir con su cuarta producción musical, “Con
ganas de cantar vengo”. Esta vez, teniendo a Jhonny “lapito” Zamora como
arpista; Luis “babito” Machado en el cuatro; Rolando Sequera en las
maracas y José Ángel Zamora en
el bajo. “Con ganas de cantar vengo” con letra de Orlando Machado y
música del folklore, “Volvió a retoñar el guayabo” del desaparecido
Fernando Vidal “el tordito de Cabruta” y “Trinos de paraulata” de Freddy
Pantoja, le permiten sostener los éxitos de su carrera.
Capeando el éxito
En
el incansable trabajo que signa la carrera de un cantante, José
Gregorio Fajardo, produjo este año su quinta placa discográfica, con el
nombre de “Cobijado por la esperanza”, del que se encuentra iniciando la
promoción con recorrido por el oriente del país en primer lugar. Luego
irá a la zona de Guayana, Caracas y la región centro.
Esta
producción fue realizada en el estudio Laurel Records de la ciudad de
El Tigre, bajo la dirección musical de Héctor Piña. Contó con el
respaldo de la agrupación Imagen Llanera de Jhonny “lapito” Zamora en el
arpa, César Rodríguez en el cuatro, Willie Colón en las maracas y José
Ángel Zamora en el bajo.
Los
pie de promoción son los números “Cobijado por la suerte” de la autoría
del desaparecido José Gregorio Sandoval, “Amor incierto” de Ubence
Castillo, “De paseo por Morichito” de Mario Hernández, “El paral de la
vida” de José Manrique y “El paquete” de Juan “currutaco” Tamiche.
Entonces,
no podía ser de otra manera. La cobija es el segundo techo del llanero y
la esperanza es lo último que se pierde. Quiere decir que Fajardo esta
vez está bien apertrechado para que el éxito le sonría. |