Luis Lozada Jr., nació el 13
de septiembre de 1971, en Barinas, estado Barinas, de la unión sentimental de
“el cubiro” con Gloria Marina González. Su condición de llanero la ha llevado,
como decía Ángel Ávila, con “orgullo”. Su timbre de voz es una genuina herencia de su progenitor, al igual que el
carisma familiar y el apego a las costumbres en el desenvolvimiento diario de
su vida, al trabajo de la sabana, a la cría de ganado, la atención a la
quesera, el cuidado de los gallos de riña, la identidad con la historia patria,
y por supuesto, el galanteo con poéticas palabras de veguero a las mujeres que
a través del canto las describe como flor de cayena.
Primeras
andanzas
A Luis Lozada hijo lo
conocimos una mañana de principios de los años 2000. Vino a la ciudad de El
Tigre, promocionando su primer disco “El toro cacho candela”. Fue recibido por el locutor Kelly Anderi en
un programa de música venezolana que mantenía en Radio Eclipse FM.
Allí relató que sus inicios
artísticos fueron en compañía del viejo “cubiro”, quien lo guió y llevó a grabar
algunos temas en sus últimas producciones discográficas. Recordó que para
entonces tuvo actuaciones especiales en los festivales internacionales El
Silbón, en Guanare, estado Portuguesa y El Jirajara de Oro, en Tame, Colombia. Cursando educación básica ganó el festival de
lo voz primaria y participó en el festival nacional escolar Cantaclaro de Oro en Valle de La Pascua,
estado Guárico.
Graduado de Técnico Superior
Universitario en Seguridad Industrial, Luis Lozada Jr., al comenzar a proyectar
a nivel profesional su carrera de cantante, heredó el nombre artístico de su
padre en diminutivo en honor al pájaro que canta y le hace la cruz al agua antes de beber: el
cristofué, conocido en la región del estado Lara y los llanos del oeste como
cubiro.
El
toro mató al caballo
El primer disco en condición
de solista de “el cubirito” salió en 1999, con el título de “El toro cacho
candela”. Es un seis por derecho con
letra del poeta barinés Juan de La Cruz Díaz, historia en la que el toro mata
al caballo, el coleador en venganza se dispone a liquidarlo, pero por consejos
de amigos, desiste de ver correr la sangre del bravo animal. Lo grabó con el
conjunto del maestro Orángel Herrera. Allí se comprobó que el joven pisaba en
suelo firme, que tenía buen olfato para seleccionar el material de trabajo, que
no estaba dispuesto a desperdiciar “pólvora en zamuro”. Así estampó el corrío tramao, acarició el pasaje sabanero y
la tendencia romántica, sin caer en la vaga lloradera.
De ese álbum, respaldado con
el sello Lara Records, que ha sido consecuente a lo largo de su trayectoria
artística, gozó de la popularidad de los temas
“Cubiro, siempre cubiro” (seis por derecho), con letra de Yorman Tovar;
“El hijo de la potra zaina” (kirpa) con letra de Alexis Prieto, poeta oriundo
de Sabaneta, estado Barinas, que bastante éxitos obtuvieron sus canciones en la voz Luis
Lozada padre, y ahora sigue en la misma corriente de éxitos en la garganta Luis
Lozada Jr. Estos temas, además del “Toro cacho candela”, le dieron una satisfactoria
bienvenida a este joven talento, recibiendo algunos premios como “Sotillo de
Oro” en Santa Ana, estado Anzoátegui; “Obelisco de Oro” en Barquisimeto y
“Soldado de Oro” en Maracay, estado Aragua.
Un
gesto de admiración
Después de dejar sonar algunos
años su primer álbum, en honor a su padre, grabó en 2003 un disco de colección
titulado “Recordando la voz eterna del llano” con 20 canciones que fueron
grandes éxitos en la carrera artística de “el cubiro”. Lo acompañaron en este
trabajo de colección realizado por el sello Lara Records los conjuntos de Eudes
Álvarez, Gustavo Sánchez, Armando Betancourt y hermanos Escalona. “La garza”,
pasaje del poeta Jesús Pulido Lara y Julio Arteaga y “El toro esnucao” con
letra de Alexis Pietro y música del folklore, continuaron tejiendo el hilo de
sus éxitos.
Para el año 2005, igualmente
con Lara Records, Luis Lozada Jr. publica el álbum “El heredero”, representado
un seis por derecho que ondea la bandera al mejor estilo de su padre y con el
que “el cubirito” debuta como autor de letra.
Se hizo acompañar de los conjuntos de Eudes Álvarez y Gustavo Sánchez.
Ya para entonces le llueven contratos para actuaciones a lo largo y ancho de
Venezuela y en los llanos de Colombia. Junto a “El heredero”, “La historia del toro negro”, joropo con
letra de Alexis Prieto y “Amor a la deriva” pasaje de Cheo Ramírez, lo conducen
a un sitio de consagración entre las revelaciones más genuinas del canto
folklórico venezolano.
Dos años más tarde, bajo el
manto de los sellos Lara Records y Anes Records, aparece su cuarto trabajo
discográfico “Recio, romántico y criollo”,
acompañado del conjunto de Eudes Álvarez, arpista que grabó en muchas de
las producciones discográficas de su taita, quien terminó colocándole el
sobrenombre de “el rey del bordón”. De este disco celebró logros como “Era
mentira” pasaje de Rafael Vilorio y “Mantecaleño de cepa”, joropo del apureño
“lucho” García.
Llano
clásico
Luego de la búsqueda de una voz recia que
fuera capaz de otorgarle los matices al pasaje llanero acompañado de la
Orquesta Sinfónica de Venezuela, el maestro Alberto Vergara da con Luis Lozada
Jr. para realizar el proyecto de grabación de un disco con temas conocidos de
la música llanera en los 70 años de la fundación de la sinfónica. Así nació el
álbum “Mi llano a lo clásico” con la producción ejecutiva de la Orquesta
Sinfónica de la Ópera, bajo la dirección del maestro Ángelo Pagliuca y la
producción musical del maestro Alberto Vergara.
Aquí Luis Lozada Jr. se
anota otro trabajo de colección. Interpreta temas como “Bogando” de Alexis
Prieto, “Palmaritales de Arauca” de Valentín Caruci, “Caballo viejo” de Simón
Díaz, “Vestida de garza blanca” de Pedro Felipe Sosa Caro, “Laguna vieja” de
Reynaldo Armas y “Linda Barinas” de Eladio Tarife, entre otros, acompañado de
la OSV, además de Pedro Castro en la bandola, Gustavo Sánchez hijo en el arpa
llanera, Jhon Pérez en el cuatro y Owar Pérez en las maracas.
Este proyecto permitió
reafirmar la internacionalización de este joven cantante barinés con giras por
Italia, España, Cuba, Portugal y Brasil.
Plantado
frente al toro
En 2010, Luis Lozada hijo, retorna con un
nuevo disco que en la etapa promocional tituló “El toro negro cotizo”, pero que
una vez editado, salió con el nombre de “El guayabo de un gallero”. Pero de
hecho, ha sido “El toro negro cotizo” tema promocional en ritmo de seis por
derecho con letra de Juan de La Cruz Díaz, el mismo autor de “El toro cacho
candela”. Este promocional es acompañado con arpa y bandola. Este joropo reafirma la leyenda del toro cotizo o el
“cotizú”, el mismo que reflejó en “Doña Bárbara” de Rómulo Gallegos. Es un hermoso texto cantado, rico en expresión
de las vivencias de los fantasmas, de los misterios que todavía deambulan como
temibles duendes las recónditas soledades del llano.
Con este tema, “el cubirito”
da continuidad de la presencia
fantástica del elemento taurino en sus discos: al “Toro cacho candela”, que le
mató el caballo y lo perdonó por respeto a la vida, siguió “El toro esnucao”,
al que malogró fatalmente en la manga de coleo. “La historia del toro negro”
también está llena de fábula tenebrosa y “El cachalero” que es un desafío al
hombre a caballo en los más intrincados parajes.
Vale decir, que “El guayabo de un gallero” es prueba de que
la esencia de la tierra de horizontes y ríos, de palmares, y grandes cultores
de arte raigal, se mantiene viva y
releva una vez más los desplantes del demonio frente a la fe del hombre. Pero
el disco no se queda allí, también nos refresca como agua de jagüey, con un
poco de amor, con las costumbres y con
la geografía. “Romance de tres caminos”,
“Soy llanero entre llaneros”, “La muerte del gallo zambo”, “Me voy con la
mañanita”, y Amor inmenso”, son evidencia de ello. Es decir, puro llano,
familia. |